
… c o n t i n u a n d o
La madre, o más bien, el vínculo que tenemos con ella, nos da la seguridad interior, esta idea bonita y poderosa de que aquello que somos y queremos compartir con el mundo, está bien y es valioso, es útil y afuera lo querrán. Al hacer el trabajo de contener, alimentar, abrazar, de cuidar, de crearnos dentro de ella, la madre es la que nos enseña implícita – y muchas veces explícitamente – que el producto en proceso de ser uno terminado, es bueno. Luego al tener esta certeza, lo unimos a la seguridad que nos da el vínculo con el padre, que es la de que el mundo exterior es un lugar seguro para ir. Con estas dos fuerzas podríamos avanzar, sabiendo que valemos. Por esto la unión de ambos y tomarlos a los dos se convierte en algo esencial para la existencia humana. Logramos tener relaciones – en general – armoniosas, relaciones de amigos, de socios, de pareja, un trabajo donde nos sentimos bien expresados, construir proyectos, dar vida, concebir.
“El éxito tiene la cara de la madre”, dice Bert Hellinger.Ir al mundo del éxito y la abundancia está ligado a la manera como concebimos la vida y como la vida nos viene de la mamá. Vale mucho la pena trabajar esto que nos pasa con ella, para poder sentirnos no solo merecedores, sino además tener la certeza de que hay un lugar en el éxito y en la abundancia para nosotros.
Cuando sentimos que ni siquiera tuvimos derecho a recibir el amor de madre o interpretamos que ese amor no era suficiente, nos queda muy difícil reconocer que tenemos derecho a lo que la vida tiene para darnos. No solo dinero ni la oportunidad de concebir, es más aún la posibilidad de la abundancia que la naturaleza en su expresión infinita nos muestra cada día. Como estamos vivos y hacemos parte de esa naturaleza, hacemos parte también de esta infinidad de posibilidades a las cuales tenemos derecho.
La salud y el cuidado del cuerpo vienen también de la conexión con la mamá y no solo por tratarse del mundo interior, sino porque el cuerpo se creó allí, en ella. Muchas veces las enfermedades nos recuerdan una forma de rechazo hacia el cuerpo que esta madre produjo, y en últimas a la vida que puede estar llena de posibilidades, pero que al estar enfermos no podemos tomar en plenitud. De esta manera, cuando rechazamos nuestro cuerpo y se produce una enfermedad, a causa de un vínculo poco armonioso (aclarando que no siempre las enfermedades tienen como raíz un rechazo a la vida, a la madre ni al cuerpo), nos unimos a ella, al símbolo de sus cuidados, de su contención, de todo aquello que sentimos o creímos que no recibimos de su parte. Es una manera de conectarnos, pero el problema es que el precio que pagamos es muy alto y muchas veces, innecesario. Trabajando a la mamá y tomando de nuevo la vida que nos viene de ella, completa, perfecta, le estamos diciendo sí a la vida que nos dio y declarando con una voz fuerte y sonora que la oportunidad que aún tenemos de vivir, la queremos tomar, y sobre todo aprovechar. Hay una frase muy bonita que decimos en medio de los movimientos de constelaciones y es “mamá, tomo de ti la vida que me diste, la tomo completa, y te prometo que la aprovecharé, que haré con ella siempre algo bueno”. Qué bonita manera de recibir el regalo de la vida y de anunciarle al cielo que cada vez que pensamos, sentimos y expresamos que no era lo que queríamos, estábamos simplemente desperdiciando cargas importantes de energía, que se concentraron desde su polaridad negativa en nuestro cuerpo y que terminaron causando una enfermedad. Qué bonita manera de reconciliarse con esta idea tonta y de volver a empezar. El cuerpo entonces ya no tiene que rechazarse.
Ahora, ¿qué pasaría si empezáramos a revisar estos diálogos que tenemos con relación al dinero y los extrapolamos a los diálogos que tenemos con relación a la madre? Hagamos el siguiente ejercicio, imaginemos que decimos que el dinero no es suficiente, que no nos alcanza, que no tenemos tanto como quisiéramos o necesitamos; ahora cambiemos la palabra “dinero» y por “mi mamá”. ¿De qué te das cuenta? ¿Eso es lo que pides o sientes con relación a tu madre? El dinero es una representación física y tangible de lo que la abundancia y la prosperidad son, que como ya sabemos viene de la unión energética que tenemos con nuestra madre. Así que aquí tenemos una bonita invitación a revisar qué es lo que pensamos y cuáles son las ideas que tenemos alrededor del dinero, para verificar si son las mismas ideas que tenemos alrededor de nuestra madre, y así tener la nueva posibilidad de trabajar el vínculo con ella, con la esperanza de que algo cambie en la manera como invitamos al dinero a nuestra vida, diciéndole que nos gusta, que es bien recibido, que su expresión en nuestra vida es suficiente, que queremos más, pero de ese amor que es bonito, no exigente ni caprichoso.
Por último, la pareja y la madre están ligadas. Fue ella quien acogió un masculino adentro suyo para poder dar vida y sostenerla dentro de ella, de modo que la idea de pareja viene directamente de la madre. Fue quien construyó una pareja para poder darnos la vida, así de simple. En la medida que rechazamos esa idea de pareja de la mamá, o la reprochamos, no nos gusta o no estamos de acuerdo con su elección, estamos también rechazando la idea de una pareja para nosotros y nos encontramos en dinámicas de pensamientos como:
- No sé por qué no puedo lograr tener una pareja duradera como la quiero.
- Las relaciones de pareja son horribles y siempre dolorosas.
- Las mujeres siempre tenemos que ser sumisas.
- Nunca tenemos derecho a nada.
- Los hombres siempre van a abusar de nosotras.
- Los hombres son muy machistas.
- Las mujeres son problemáticas y cansonas.
- Tener una pareja es perder mi libertad.
- No quiero tener que rendirle cuentas a nadie.
- Yo no quiero una relación donde no me pueda sentir libre.
- No quiero una relación como la de mis papás.
Entonces, ¿qué tipo de relación de pareja podremos tener si lo que está escrito adentro, en nuestro inconsciente individual – que viene del familiar – se expresa solo desde el miedo y el rechazo? No hay mente cuerda que decida entrar en una relación cuando la manera como la ve, es tan terrorífica. La madre al acoger al masculino dentro de ella se convierte en un símbolo de las relaciones de pareja.
Muchas veces el rechazo es por exclusión o por imitación. Llegan las personas a mi consultorio con una intención clara y una frase que los condena, aquella que dice “yo no quiero ser como ella”. Llegan buscando sanar a su padre o a su madre porque quieren tener una relación de pareja, pero que sea completamente diferente a la de ellos. Berth Hellinger ante esto le pregunta a los consultantes ¿y tú, a quién amas?, ¿amas a tu madre, a tu padre, te amas a ti?, ¿amas la vida?, ¿cómo es que quieres una pareja y crees que la amarás, si no amas la fuente de la vida?. Cuando tenemos tan instalado en la mente que no queremos ser como ellos, los estamos rechazando, es realmente simple. No significa entonces que para no rechazarlos tenemos que querer lo mismo que ha resultado doloroso en el pasado, para nada, pero significa dejar la arrogancia a un lado y respetar, con el amplio significado de la palabra aquello que fue nuestro punto cero.
… c o n t i n u a r á
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