Acerca de Caro Pérez

Soy Carolina Pérez Botero. Me certifiqué como Consteladora Familiar Sistémica en la Escuela Sowelu de México en el 2015, tras dos años de trabajo interior profundo y transformador. Tuve la fortuna de encontrarme con una gran escuela, aquella que me sostuvo y enseñó a mirar la vida con otros ojos, para luego permitirme empezar mi propio camino como terapeuta, siempre con mis maestros y este tiempo de construcción en mi corazón. Luego me certifiqué como Maestra de Meditación en la Escuela de Mujer Holística y he sido estudiante activa de Un Curso de Milagros desde muy pequeña. Esto es solo un pedazo de lo que he estudiado, pero mis grandes maestros son los que han decidido venir a mi vida, quedarse un rato, quedarse para siempre y mostrarme la vida con tantos colores y matices, y así convertirse en el laboratorio de conexión con mi conciencia.

Nací en una familia que me ha llevado a reconciliarme con la vida, especialmente con el femenino, lo cual ha sido mi gran maestría. A eso me he dedicado. Durante mucho tiempo desde un lugar que me debilitaba, y ahora desde uno que me enriquece. Mis papás están separados y este evento significó mucho para nuestra familia. Tengo dos hermanos hombres mayores que me han enseñado las bondades de la diferencia y la posibilidad de coexistir en ella. Estoy casada con Lucas y tenemos un hermoso hijo, Joaquín.

Me inspira darme cuenta cómo muchas personas vienen a mi consultorio, hacen los cursos, leen los libros, oyen las palabras que les comparto y lo hacen con una fuerza que está a punto de estallar; es la fuerza que necesitan para cambiar sus vidas. Son los consultantes los que inspiran mi camino y a través de la posibilidad de acompañarlos es que crezco, me centro, me conecto y vibro. Mi deseo es inspirar a otros a que tomen la misma decisión que yo tomé, que debo seguir tomando todos los días y que ha hecho la diferencia en mi vida: encontrar la libertad del corazón, y asumir los precios que vienen con esta elección.

Disfruto enormemente pararme en frente de una persona o de un público a usar el don y el regalo que la vida me dio: mi voz. Disfruto compartir de lo que soy y de lo que tengo, con la esperanza de que otros se inspiren y encuentren en mi mensaje, en mi historia y en mis palabras, lo que necesitan para estar mejor, para encontrar paz, para ser libres por dentro.