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Belleza sin Prisa

El lunes llegué de nuevo a mi casa con una sensación diferente acerca de mí, con certezas reconocidas, otras incluidas, con una sensación de plenitud y agradecimiento por todo el camino recorrido y sobre todo, por el clan de mujeres del que hago parte, que somos todas.

Estuve en un retiro que se llama Belleza sin prisa, de Bonita Salón. Éramos 25 mujeres, un maestro de yoga maravilloso y un fotógrafo increíble. Anduvimos 5 días de la mano, cerquita, cada uno en su individualidad pero uniendo energías. Juntas reconocimos lo que somos, nos sentimos cómodas, nos reímos una y otra vez a carcajadas, ahondamos en la pureza de la simpleza, vimos el mar, hicimos ofrendas, respetamos nuestro cuerpo, disfrutamos de la brisa, caminamos hacia el río, nos echamos a otro río; nos acompañamos en nuestros dolores sin cargar a nadie, sin proteger a nadie, solo estando ahí, sosteniendo y sintiéndonos sostenidas… ahí, todas juntas.

Para mí fue alucinante la experiencia, porque fue la primera vez en mi vida que me sentí auténticamente cómoda con lo que soy, entre tantas mujeres. Ha sido mi camino de aprendizaje por muchos años, no se me ha hecho fácil esto de estar con muchas, mi mente y mi cabeza me han jugado muchas malas pasadas, haciéndome creer que hay algo malo en mí, que debo cambiar, que no soy suficiente, que no estoy bien… pero esta vez no fue así, esta vez pude co-existir en esta comunidad de mujeres bonitas que no teníamos ninguna otra pretensión que dejarnos sorprender por lo que tenían para ofrecernos y por nosotras mismas. Creamos pequeños asentamientos de una gran colmena que se dejó llevar y vimos cada uno de los matices de esto que llamamos MUJER.

Siento que he recorrido una maratón espiritual que me llevó reconocer lo bonito que fue para mí estar tranquila en vestido de baño en la playa con tantas mujeres que alguna vez habrían podido resultar amenazantes, y sentir que esto es lo que hay, esto es lo que soy, con lo que me gusta y con lo que no me gusta de mí, pero que siempre está bien… Fue tan bonito que mi mente esta vez no navegara en los juicios propios, la mirada con vergüenza, la necesidad de creer que debía comer mejor, hacer más ejercicio, ocuparme de mi celulitis, perder algunos muchos kilos, tener otro pelo, otra piel, otra composición… ser otra, la que no soy. Fue muy bonito recibir esta información amorosa y tomarla con toda.

La última noche hicimos un último ritual que se llama El túnel del amor, en donde cada una va pasando cerca a las otras con los ojos cerrados, y sin saber quien te lo dice, vas oyendo el susurro de estas mujeres con una palabra que describe lo que piensan de ti, aquello en lo que las inspiraste, cómo te ven. Eso sí que fue alucinante y esperanzador. Dos palabras fueron las que me regalaron casi todas, es lo que ven en mí: SABIDURÍA Y ALEGRÍA.
Ufff! no lo puedo creer y al mismo tiempo lo creo completamente. Esto es lo que 24 mujeres ven de mí, sienten que yo soy, wow! ¡GRACIAS GRACIAS GRACIAS!

Esta entrada quise escribirla en honor a todas las mujeres que llevamos años luchando con lo que creemos que somos y con la percepción que tenemos de nosotras mismas, con una que es equivocada y que nos hace sentir inapropiadas. En honor a cada una de las que creímos que debíamos transformarnos pero para dejar de ser lo que somos, para las que creímos que nuestra voz no contaba, que no éramos suficientes, que estábamos mal, que no valíamos… A todas les digo – y me digo – que cuando decidí que ya era suficiente de tanta basura mental (que además era mentira) empecé a encontrarme con espacios, lugares y clanes como este… y que la verdad, se siente delicioso! Nosotras y muchas otras estamos abriendo caminos para que juntas sanemos, juntas estemos mejor, juntas recuperemos la certeza de que lo que somos es magia y amor.

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